La figura de los padres para un niño es esencial, es el ejemplo a seguir y la conducta que la criatura debe aprender e imitar. Por ello, es importante que los padres y madres sigan una serie de pautas de reciclado para que los pequeños las interioricen de manera natural, como algo lógico y totalmente normal, y las hagan por ellos mismos a medida que van creciendo.
Lo más constructivo es plantear el reciclaje como una especie de juego, utilizar recursos que ayuden a los hijos e hijas a aprender el sistema. El principal recurso ya lo tenemos hecho: los colores. El hecho de asociar un color concreto a un tipo de material es una buena manera de ayudar a los críos a entender cómo funciona el proceso. El verde para el cristal, el amarillo para el plástico y los briks, y el marrón para el papel y el cartón. Por ahora, es mejor obviar los restos orgánicos, que irían con el color gris, porque los niños no suelen llevar a cabo tareas que incluyen materiales orgánicos, además de que a menudo es difícil poner el límite de lo que es orgánico y lo que no. Es más fácil limitar el sistema a tres elementos.
El concepto del juego puede ayudar también a adquirir unas conductas concretas. Hay muchas formas de plantear el reciclaje y a menudo puede verse desde un punto de vista aburrido. Pero también se puede enfocar como una especie de reto: cuantas más acciones buenas de reciclaje haga la criatura, más puntos gana, y cada vez que haga algo mal, pierde puntos. Esos puntos, a la larga pueden cambiarse por algún pequeño premio, como una sesión de cine o algo por el estilo.
¿Y vosotros, como padres, de qué manera animáis a vuestros hijos a reciclar?
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